Esta receta de ravioli es una de las más sencillas pero no por eso menos buena. Es ideal para los niños a los que no les guste comer mucha verdura, puesto que las espinacas se disimulan bastante bien con el queso y la salsa de tomate.
Para empezar, procede a elaborar la masa para los ravioli. Para ello, sigue los pasos que detallo en el siguiente enlace: «Cómo elaborar la masa para los ravioli«.
A continuación procede a elaborar el relleno de los ravioli. No tiene ninguna dificultad:
- Pon una olla con agua, sal y un chorrito de aceite a hervir.
- Cuando empiece a cocer, hecha las espinacas.
- Cuando estén listas, retira del fuego y espera que se enfríen un poco.
- En un bol, mezcla el requesón o queso fresco con las espinacas, sal y pimienta. Mezcla con una cuchara de madera, nunca con la batidora.
- Mezcla concienzudamente hasta que quede una masa homogénea.
Procede a montar los ravioli, de forma que realices montoncitos con el relleno que acabas de preparar. Puedes elegir el tamaño de los ravioli que más te guste, más pequeños o más grandes, pero es importante que los selles bien con los dedos, asegures con la punta del tenedor y lo embadurnes con huevo para evitar que se abran mientras cuecen.
A continuación, pon una olla a hervir con un poco de sal y aceite y deja que los ravioli cuezan durante unos 8 minutos aproximadamente.
Mientras, sofríe el tomate con un poco de aceite, sal y pimienta. Cuando esté frito echa un poco de orégano.
Reparte los ravioli una vez que estén cocidos y hayas absorbido la humedad con papel, en los diferentes platos que habrás precalentado, echa la salsa de tomate frito y espolvorea con queso parmesano.
Sírvelos con una buena sonrisa.
¡Muy buen provecho!