Las hierbas frescas no solo agregan sabor y aroma a las comidas, sino que también aportan una serie de beneficios para la salud.
Muchas hierbas frescas contienen compuestos antioxidantes que ayudan a combatir el estrés oxidativo y proteger las células del daño causado por los radicales libres.
Esto puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, cáncer y enfermedades neurodegenerativas.